La negociación es tarea de todos
los días. Se negocia en la familia, con
la esposa y los hijos; en la empresa con los sindicatos, los proveedores, los
clientes y se negocia con el propio gobierno.
En una palabra, todos estamos
permanentemente enfrentados a procesos de negociación, algunos de ellos fáciles
y otros difíciles. Unos rutinarios y
otros más complejos. De todos ellos se
deduce una conclusión muy simple:
Es necesario saber negociar. En los últimos años se han incrementado las
literaturas sobre el tema, especialmente aquella que trata de estructurar
escuelas de negociación en contraste con recetario de épocas anteriores. Ni el sector público, ni el sector privado
cuenta con un equipo de negociadores preparados ni experimentados, es decir,
con conocimiento y experiencia. En una
buena negociación todos ganan, no hay vencedores, ni vencidos. Lo importante es que todos salgan
satisfechos. La negociación no es un proceso
para batirse en un campo de batalla, la nueva escuela está basada en la defensa
de los principios fundamentales. La
capacidad de negociación no es algo innanto.
Saber negociar es hoy una ciencia que debe ser aprendida y practicada.
Espera más adelante, conceptos, métodos,
partes y anatomía de una negociación.
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